lunes, 13 de noviembre de 2017

El corazón del dragón

Hemos llegado al corazón de este dragón encargado de ayudarnos a espantar y vencer a los viejos dragones que sobrevuelan a sus anchas sobre nuestras cabezas. Le hemos despertado y le hemos criado para hacerle fuerte y determinado a concluir su tarea. Y ya se ha hecho grande...llega el momento de la batalla.

El inmovilismo, tradicionalismo, pereza y desconocimiento son viejos dragones que han dominado nuestros horizontes desde hace siglos. Hemos sabido convivir con ellos y mantener una relación de la cual nos beneficiábamos, creyendo encontrarla productiva y efectiva. 

Pero los tiempos han cambiado. Cambian cada segundo. Y esos dragones no tienen cabida en este nuevo entorno educativo en el que vivimos. Algunos y algunas hemos sido llamados a proteger y alimentar nuevas generaciones de dragones que espanten a los anteriores y tomen el rumbo de nuestras acciones. 

La innovación, la creatividad, la cooperación y la personalización son estos pequeños dragones que tenemos entre nuestras manos. Que poco a poco irán creciendo, haciéndose grandes y dominando, con suerte, los nuevos horizontes. Pero no lo harán si no los alimentamos, si no los entrenamos, si no nos interesamos por ellos y si no los damos a conocer.

En este curso se desarrollan las "instrucciones de uso" de estos dragones...¿Qué hacer con ellos?¿Qué son capaces de hacer? Pero el día a día es otra cosa...está en nosotros y nosotras hacer lo posible, a pesar de las dificultades, por hacerlos visibles, por sacarlos a pasear y por normalizar su presencia.

Como todos los nuevos planteamientos, produce temor lanzarse a descubrirlo, acercarse a los dragones y nos vienen a la cabeza los "pero". Es indudable que estos dragones nuevos están creados a partir del conocimiento y se ajustan, en mi opinión, a las necesidades educativas actuales. Sin embargo, personalmente me enfrento a mi mayor carencia estos días: el tiempo. Ni la ilusión, ni la desmotivación, ni el cansancio, ni la rutina...nada me hace no querer alimentar estos dragones, nada más que el tiempo. 

Y es que una vez nos presentan a estos nuevos dragones, queremos hacerlos crecer lo antes posible, llevarlos a la batalla mañana mismo. Y así, los estamos nutriendo erróneamente, les damos de comer ahora...pero no les llega para desarrollarse, crecer, hacerse fuertes.

Y siento que la solución se encuentra precisamente en el problema: el tiempo. No podemos pretender dominar estos dragones de una vez. Debemos tener paciencia, avanzar a pasitos, abarcar poco pero hacerlo, ser constantes, perseverar.

En un sistema educativo en el que mi área no parece tener gran repercusión (para mi tristeza, la de muchos compañeros y compañeras y en detrimento de la salud física y emocional de nuestros pequeños y pequeñas), se destina 1 hora y media a la semana a su disfrute. Es tanta la información  (No sólo la relacionada con el currículo, sino más allá de él) que me encantaría transmitir y que no puedo, que me siento en ocasiones frustrada. Es tal la cantidad de ideas y actividades que se me vienen a la cabeza que tengo que racionarlas, recortarlas...

Los paisajes de aprendizaje que me parece una herramienta fantástica para subsanar en parte este problema que se me plantea. Me permite cubrir necesidades (de mis alumnos y alumnas y mías propias) de una manera efectiva. Me permite incluir información dirigida como un dardo a cada alumno y alumna. Me permite conseguir lo que el sistema no me permite. Y me siento aliviada de que sea así. 

Ahora, todo depende de mí...de nosotros y nosotras y del corazón del dragón.


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