domingo, 26 de noviembre de 2017

Plan de ataque: conectando el Currículo y la Evaluación

Comienza el plan de ataque y es momento de organizar las ideas que hemos desarrollado y darle unos cimientos sólidos que las avalen y les den rigurosidad para que sean válidas y efectivas. 

Para comenzar, es necesario conectar las actividades con el Currículo, que en muchas ocasiones olvidamos en favor de la ilusión y entusiasmo por las nuevas ideas que llegan a nuestras cabezas. Debo decir que, afortunadamente, mi reciente paso por el proceso de oposición ha aclarado, organizado y actualizado el aspecto legislativo de nuestra labor, siendo actualmente para mí muy fácil encontrar rápidamente las conexiones con los documentos y elementos que propone el Currículo.

En el área de Educación Física nos encontramos con un doble rasero a nivel legislativo: por un lado, la escasez de indicaciones (sin bloques de contenidos ni secuenciación por niveles) hace compleja la labor de ajustar los objetivos y, por tanto, los criterios de evaluación y estándares de aprendizaje. Por otro lado, esto también supone una mayor libertad a la hora de elaborar nuestras programaciones y tenemos la suerte que, por el carácter de nuestras actividades, resulta fácil ajustarlas a los elementos.

Es cierto que después de elaborar las actividades de este curso, evidencio la falta de rigurosidad con que escogemos, en ocasiones, las actividades a desarrollar. En otras palabras: no le damos tantas vueltas ni las vinculamos de forma individual con el Currículo. Si lo hacemos de forma general con las programaciones.

Además, nunca había barajado la posibilidad de plantear actividades optativas (aunque si voluntarias) ni utilizar una combinación de todas ellas para completar el desarrollo de los contenidos. Es en este punto donde se abre una ventana nueva para mí, que "guardaremos como...Propuestas de mejora inmediata".

En segundo lugar, se propone plantear la Evaluación de las actividades a través de las calificaciones. Desde mi experiencia, en Educación Física encontramos siempre una dificultad en relación a la Evaluación, pues nuestros instrumentos suelen basarse en la observación y necesitamos darle objetividad. Algunos compañeros se justifican en las tareas escritas (trabajos, búsquedas de información e incluso exámenes) y otros a través de tareas concretas en un determinado momento. 

Al cabo de una sesión realizamos muchas actividades para llegar a un contenido o aspecto en concreto. Es por ello que creo que la mejor manera de evaluar el trabajo que se lleva a cabo en el aula (¡en el patio, en mi caso!) es a través de rúbricas en las que se califique cada uno de los contenidos a trabajar en su ámbito conceptual, procedimental y actitudinal, ya que me resultan sencillas y rápidas de usar (que no de elaborar). Para ello, las tengo recogidas en la aplicación Additio, que uso a través de mi tableta día a día.

Me queda pues por comprender (o decidir) si los paisajes de aprendizaje englobarán en mi metodología el total de las actividades de una Unidad Didáctica, en cuyo caso es necesario calificar cada una de ellas o como parte de una Unidad, enfocado al trabajo de un contenido en concreto.

Seguiré trabajando en este plan de ataque que tiene visos de ser exitoso....

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